Antonio Jesús García, director de Servicios Técnicos de CorSevilla
Continuamos con el repaso a aquellas cuestiones que afectarán al sector ovino y caprino durante el año 2020. Puede conocer la primera parte de este artículo aquí.
El sector ovino está cansado, falto de ideas innovadoras que contagien ilusión. La tecnificación de manos de la tecnología difícilmente puede ser aplicable. Cuando hablamos de la llegada del 5G y el internet de las cosas, a esta “España rural”, que me resisto a llamar “España vaciada” difícilmente llega el G a secas y nos bastaría con un acceso a internet sin cortes y a velocidad aceptable para recibir la receta del veterinario que pone tratamiento a nuestro rebaño.
Una cuestión actual y que también marcará nuestro futuro es la reunión entre la Administración y los productores de ovino y caprino agrupados en cooperativas para dinamizar el sector en Andalucía. Se hicieron propuestas consistentes en petición de ayudas para acometer esta reorganización. Es importante solicitar ayudas (es necesario que nos den peces) pero es más necesario que nos enseñen a pescar, que nos ayuden a llegar a nuevos mercados, que desarrollen nuevos productos que lleguen al gran público. Los productos de quinta gama son un avance pero hemos de seguir buscando nuevas presentaciones, fiambres de cordero, guisos tradicionales precocinados, nuevos productos que atraigan al consumidor, etc. Y, sobre todo, poder llegar a esos mercados emergentes que sepan apreciar nuestros corderos, abrir nuevos puentes comerciales con esos países de la mano de nuestra Administración.
Por otro lado, a principios del mes de Diciembre se celebró en Madrid la cumbre mundial sobre el cambio climático y entre las conclusiones apareció la emisión de metano a la atmósfera por los rumiantes como parte del proceso digestivo natural. Se puso el ojo en nuestros bovinos pero si dejar de mirar a ovejas y cabras. Es necesario cuantificar está emisión e investigar en nuevos nutrientes capaces de cubrir las necesidades energéticas de nuestros rumiantes pero que reduzcan la emisión de metano al medio. Se habló de la huella de carbono, pero faltan estudios con rigor científico que cuantifique está huella en la explotación ovina y caerían en sistemas adehesados.
Tenemos un año por delante lleno de nuevos retos y proyectos interesantes que tienen que contagiar un optimismo en el sector, hemos de encontrar la forma de llegar a ese público que quiere comer bien con productos de alta calidad pero que no tiene tiempo de cocinar como lo hacían nuestras abuelas, vivimos en la sociedad de las prisas y del microondas. Necesitamos reinventarnos y hacer llegar nuestro sistema productivo único, ligado a la tierra, y hemos de minimizar la emisión de metano, hemos de aportar nuestro granito de arena para evitar el cambio climático.
Por último, aprovechemos el tiempo, aceptemos los peces, que son necesarios, pero de una vez por todas, aprendamos a pescar.
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